13-04-2023
Durante nuestra visita a Ungersheim, tuvimos la oportunidad de explorar el Ecomuseo de Alsacia, un lugar que nos hizo sentir como si hubiésemos viajado en el tiempo. Este museo al aire libre, que recrea un pueblo alsaciano de principios del siglo XX, es impresionante no solo por la cantidad de edificios tradicionales —más de 70 casas que fueron desarmadas y trasladadas desde sus pueblos originales—, sino también por la manera en que captura la esencia de esa época.
Caminar por sus calles es como entrar en una cápsula del tiempo. Lo que más nos sorprendió fue la posibilidad de ver antiguos oficios en acción, como el de herreros y carpinteros, y descubrir productos artesanales que se siguen elaborando allí. Además, el museo está lleno de actividades y eventos que varían según la temporada, desde festivales tradicionales hasta celebraciones de la naturaleza, lo que lo hace aún más especial.
El entorno natural que rodea al museo es precioso, con campos y ríos que se pueden recorrer en barco o en carruajes tirados por caballos. Pero lo que más nos gustó fue la participación de los habitantes locales, quienes, vestidos con ropa de época, recrean escenas de la vida cotidiana, haciendo que la experiencia sea mucho más inmersiva.
Si buscas una experiencia auténtica, llena de historia y tradición, no te puedes perder este ecomuseo. Sin duda, es una parada inolvidable en la ruta por Alsacia.
5 y 6 de abril de 2023
Paray-le-Monial, en la región de Borgoña, es una comuna francesa con un destacado legado histórico y religioso. Formó parte del condado de Charolais y, como tal, perteneció a la herencia borgoñona de Carlos V, quedando bajo dominio español hasta 1684.
La localidad es conocida por ser un importante centro de culto católico. En el siglo XVII, Margarita María Alacoque, una religiosa mística, tuvo en Paray-le-Monial una serie de visiones de Cristo que dieron origen a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, extendida posteriormente por el mundo. La Basílica del Sagrado Corazón, construida en los siglos XII y XIII, es uno de los mejores ejemplos del arte románico cluniacense. Aunque originalmente era una iglesia prioral consagrada a San Salvador, la Virgen María y San Juan Bautista, en 1875 fue rebautizada como Basílica del Sagrado Corazón de Jesús debido a la devoción impulsada por María Alacoque.
La basílica, con tres naves y una gran torre principal, conserva un fresco del siglo XIV en su coro y simboliza el cielo, con Cristo glorioso bendiciendo. La devoción al Sagrado Corazón, promovida por la comunidad jesuita, se difundió por todo el mundo cobrando mayor fuerza en el siglo XIX, lo que consolidó a Paray-le-Monial como un centro religioso de gran importancia.
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