Tras volver de Noruega y estar unos días de descanso en casa, nos fuimos con la furgo a hacer el Camino de Santiago.
Hace ya varios años nos compramos una guía de
El Camino de Santiago en coche ya que teníamos ganas de hacerlo pero yo no me veía con fuerzas para hacerlo andando. El libro estuvo en varias estanterías en casa, muchas veces a la vista y otras veces perdido hasta que por fin este verano lo hemos empleado. Esta manera de hacer el camino es evidentemente más cómoda y te da la oportunidad de hacer andando los tramos que al autor le parecen más bonitos. Teníamos la intención de hacer muchos de estos tramos andando, pero al final solo lo hicimos durante dos jornadas porque la ola de calor este verano se ha dejado notar bastante por el norte y no era cuestión de machacarnos. De todas formas, nos hemos pegado un lote de andar que ha llegado algunos días a dejarnos las piernas hinchadas parte por el calor y parte por los kilómetros a pie que hemos hecho dentro de una misma ciudad o pueblo. Todo el día visitando iglesias, monasterios, catedrales... o recorridos turísticos. Yo le digo a Concha en plan de broma que nos hemos puesto de románico y de arte hasta arriba. Jejeje.
Mi admiración a los peregrinos que hacen todo el camino andando. Hay que tener un par de cojones para hacerlo... en invierno porque es invierno o en verano porque es verano. Yo los he visto llegar a los albergues cansados, destrozados, sin aliento y algunos bastante mayores que un simple soplido los podía tirar al suelo, cargados con una mochila que les pesaba al final de la jornada como si fuera de plomo. En algunos albergues que entré, veía a algunos encima de la litera con la mochila puesta de no haber tenído fuerzas ni para quitársela, de verdad que no exagero. El milagro se producia al día siguiente cuando muy temprano reemprendían la marcha con nuevos ánimos. Casi todos los días por la mañana coincidiamos con ellos pues muchos tramos del camino eran las mismas carreteras que tomábamos.
Dicen que el Camino de Santiago es un camino interior -me refiero a los que lo hacen andando- y cuando lo dicen será por algo pero a mí me ha dado muchas veces la impresión de que la mayor parte de la energía de su mente se concentra en hacer los kilómetros, de llegar al albergue a una hora determinada, de que no te coja el sol... en fin, que se puede uno llegar a agobiar. También se dice que hay que hacer el camino sin prisas, al fin y al cabo el objetivo final es una tumba, aunque sea la de Santiago que no deja de representar la muerte y a la muerte mejor se acerca uno despacio.
El hacerlo con la furgo tiene la ventaja de que tienes más flexibilidad a la hora de pernoctar y de que puedes dedicar más tiempo a ver cosas. Los peregrinos de a pie aunque pasan por muchos hitos importantes también es verdad que se pierden otros muchos ya que no tienen cuerpo para hacer turismo o que los lugares están a unos cuantos kilómetros de la ruta que hacen muchas veces impensable acercarse a ellos.
Nosotros hicimos el camino francés por sus dos vertientes. Empezamos en Somport y cuando llegamos a Puente la Reina nos volvimos a subir a la frontera hasta Sain-Jean Pied de Port y Roncesvalles hasta volver de nuevo a Puente la Reina y ya seguir el camino hasta Santiago.
Un mes hemos estado en el Camino y la verdad que ha dado para ver muchísimas cosas y ha sido una experiencia buena y satisfactoria. Esta es la razón por la que el blog ha estado parado en agosto. Y del kayak ¿qué deciros?... que ni lo he catado. Pero tó no puhé sé...jejeje
Os dejo una muestra de los hitos que hemos visitado y cuando digo visitado quiero decir que no nos hemos quedado solo en la fachada sino que hemos profundizado y en muchos casos nos ha ocupado toda la mañana o la tarde. Pongo solo unas cuantas fotos de los cientos que hemos hecho para no aburrir al personal pero os aseguro que son solo una muestra.