Sobre las tres, el río estaba muy tranquilo, casi ninguna embarcación y hasta el ruído de la circulación parecía dar una breve tregua.
Se ven más patos azulones y conté hasta diez parejas de cormoranes y aunque lo intenté no pude fotografiar ninguno aunque casi todos me regalaron su vuelo rasante sobre el agua, siempre huidizos.
El arpa del puente queriendo aprisionar el sol sin conseguirlo y yo, en esta ocasión, buscaba sus oblicuos rayos para paliar el fresco que se dejaba notar en las sombras de la orilla oeste.
Poca actividad también en el CAR a esas horas, aunque pronto vendrán los guiris huyendo de sus heladas aguas.
La Torre Cajasol (torre Pelli) dando nuevo perfil al horizonte sevillano.
Mañana lo volveré a intentar que parece que se repetira el buen tiempo.
Buenas Patronio, vaya paseos que te pegas. Esos cormoranes me dejan perplejo con sus inmersiones infinitas.
ResponderEliminarA seguir bien.
Saludos.