Huyendo un poco del Campeonato de España de Piragüismo que ayer tenía ocupado la mitad de la dársena y hoy habrá sido lo mismo y también que tenía ganas de estar solo, me fui al Corumbel a buscar silencio, aire limpio y quitarme el mono del kayak y bien que me lo he quitado, pues he estado unas siete horas subido en él, en plan tranqui, sin prisas, como a mí me gusta y a mi ritmo, con algunos descansos para estirar las piernas y comer algo.
Lo que he hecho hoy es realmente lo que a mi me gusta del kayak: contar las horas y no los kilómetros, disfrutar del silencio, del paisaje, observar la vegetación y la fauna, sentir la brisa …
Las enormes carpas levantaban un escándalo en las orillas rompiendo el armonioso ritmo del chapoteo del agua . Parejas de patos azulones levantaban el vuelo a mi paso por cualquiera de los rincones del embalse. Muchos patos azulones, cormoranes, garzas reales y un sin fin de pajaritos que amenizaban con sus cantos la entrada de la primavera.
El embalse está a tope, hasta arriba y el verde de la vegetación llega hasta el agua omitiendo la franja grisácea y sin vida que tiene cuando no está pleno. El agua turbia con tonos rojizos o amarillentos según la luz, solo las aguas que aportan los regatos son transparentes. Las lomas están verdes brillante salpicadas, según la zona con el amarillo de las aulagas o las incipientes flores de la jara pringosa.
Le he dado la vuelta a todo el embalse, solo he obviado la parte del rebosadero por seguridad y porque se escuchaba como estaba aliviando agua.
Así que allí se ha quedado el mono del kayak, y yo a cambio, quizás me he traído un saco de agujetas. Jejeje
Lo que he hecho hoy es realmente lo que a mi me gusta del kayak: contar las horas y no los kilómetros, disfrutar del silencio, del paisaje, observar la vegetación y la fauna, sentir la brisa …
Las enormes carpas levantaban un escándalo en las orillas rompiendo el armonioso ritmo del chapoteo del agua . Parejas de patos azulones levantaban el vuelo a mi paso por cualquiera de los rincones del embalse. Muchos patos azulones, cormoranes, garzas reales y un sin fin de pajaritos que amenizaban con sus cantos la entrada de la primavera.
El embalse está a tope, hasta arriba y el verde de la vegetación llega hasta el agua omitiendo la franja grisácea y sin vida que tiene cuando no está pleno. El agua turbia con tonos rojizos o amarillentos según la luz, solo las aguas que aportan los regatos son transparentes. Las lomas están verdes brillante salpicadas, según la zona con el amarillo de las aulagas o las incipientes flores de la jara pringosa.
Le he dado la vuelta a todo el embalse, solo he obviado la parte del rebosadero por seguridad y porque se escuchaba como estaba aliviando agua.
Así que allí se ha quedado el mono del kayak, y yo a cambio, quizás me he traído un saco de agujetas. Jejeje
Hombre, Patronio, que de tiempo hacía que escribias nada y ahora del tirón dos entradas...
ResponderEliminarBien, es señal que todo sigue de arte...
Pero siete horas??? A la próxima vuelta a las islas que yo haga te apuntas, que por los menos el trasero ya está hecho...
Venga a seguir paleando.
Un saludo, desde San Fernando.
Antonio F3.
Ya me gustaría, pero esos son demasiados kilómetros para mí. A no ser que un día me dé por machacarme el cuerpo y me ponga a ello. :-)
ResponderEliminarGracias por ilustrarnos graficamente cada una de tus salidas con tanto entusiasmo. Es toda una invitación a la practica del kayak&naturaleza, ehnorabuena y sigue así. Saludos.
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