De las varias veces que he estado en Santiago, ninguna ha coincidido con este ritual del
botafumeiro. Esta vez ha habido suerte y sin quererlo ni saberlo me di de bruces con la escena. Como otras cosas, esto lo hemos visto muchas veces en la televisión, pero no está nada mal verlo en directo.
La foto y la escena me gustan por ese contraluz que lo inunda todo junto con el órgano.
Esta fue mi primera visita a Santiago, junto con mis amigos Hermene y
Juan Reyes junto al Pórtico de la Gloria, ahora en restauración. Fue en
un viaje dando la vuelta a España, allá por el setenta y siete con mi
primer coche, un seiscientos de segunda mano que mis amigos querían
ponerlo a ciento veinte y yo sufría cada vez que lo pasábamos de
noventa. Jejeje.