martes, 9 de junio de 2015

Terminando el repaso del Corumbel. Al 84.21 %


Una de las cosas que más me gustan de los embalses es su tranquilidad y quietud, sobre todo al amanecer en el que la ausencia de viento hace que el agua esté lisa como un espejo. Incluso la zambullida de una carpa te puede dar un sobresalto. Es un momento mágico.


Hoy me he ido de nuevo al Corumbel para terminar de darle un repaso. Este embalse se puede narvegar entero en una jornada pero tal como yo voy, disfrutando de los detalles y del momento, mejor un par de días.


¿Cómo no pararse a disfrutar de las miradas de estos bonitos animales que te miran con tanta curiosidad?


 O pararse a observar las adaptaciones de las plantas para seguir viviendo.



Hay que estar atento para ver los seres pequeños.


Encontré estos curiosos conglomerados encima de pizarras...


y volví a las ¿tumbas fenicias? para salir de dudas si eran de hormigón romano o excavadas en conglomerado. Definitivamente son conglomerados.



Álbum completo aquí.

2 comentarios:

  1. Preciosa entrada en el blog.
    A dia de hoy sigue sorprendiendonos ,tanto El Corumbel ,como el Sr. Jose Luis.
    Un saludo amigo ,ando un poco perdido...ya te contaré.

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    Respuestas
    1. Gracias Manuel.
      Seguro que pronto nos vemos y ya me cuentas... aunque ya me imagino. :-)
      Un abrazo.

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