martes, 27 de agosto de 2019

New Lanark, un ejemplo de socialismo utópico.



"New Lanark es un pueblo situado a la orilla del río Clyde, a aproximadamente dos kilómetros de Royal Burgh de Lanark, en el South Lanarkshire en Escocia. Fue fundado en 1785 por David Dale (1739-1806), quien hizo construir fábricas de algodón y residencias para los obreros. Dale eligió este lugar para aprovechar la energía hidráulica que ofrecía el río. Bajo la dirección de Dale y después de su yerno filántropo y socialista reformista, Robert Owen (1771-1858), las fábricas prosperaron y New Lanark se convirtió en un ejemplo de socialismo utópico."

"Las fábricas de algodón de New Lanark se construyeron en 1786. David Dale era uno de los hombres hechos a sí mismos de Glasgow que poseía una casa de campo en Cambuslang, no lejos de las cascadas del Clyde, pintadas por numerosos artistas como Joseph Mallord William Turner (1775-1851). Se construyó una presa aguas arriba de New Lanark y el agua del río se redirigió para alimentar las máquinas de las fábricas. El agua atravesaba primero un túnel, luego una conducción abierta llamada lade. Hasta 1929 no se sustituyó la última rueda hidráulica por una turbina. Una nueva turbina se instaló después y aún se utiliza para abastecer de electricidad las zonas turísticas del pueblo.
En 1799, Dale vendió las fábricas a su yerno, Robert Owen, que prosiguió el enfoque filantrópico de su suegro con respecto al trabajo en la fábrica y pasó a ser así un socialista reformista influyente. New Lanark, con sus programas sociales, se convirtió en un símbolo del socialismo utópico (llamado también Owenismo).
New Lanark contaba con alrededor de 2.500 habitantes, la mayoría llegados de residencias públicas acondicionadas para los pobres (o poorhouses) en Glasgow y en Edimburgo. Aunque las condiciones de trabajo de las fábricas no fueran con mucho las más difíciles, Owen no las encontró satisfactorias y decidió mejorar la situación de los trabajadores. Prestó una atención especial a las necesidades de los 500 niños que vivían y trabajan en las fábricas, e hizo abrir en 1816 la primera escuela de Gran Bretaña para niños de corta edad.
La calidad de las residencias del pueblo fue mejorada progresivamente. A mediados del siglo XIX, una familia entera podía vivir en una única habitación, pero entre este período y principios del siglo XX, las familias pudieron progresivamente disponer de varias habitaciones. No obstante no fue sino a partir de 1933 cuando las residencias se equiparon con fregaderos y grifos de agua fría. Durante este mismo año, los antiguos aseos comunales situados en el exterior fueron sustituidos por aseos en el interior de los edificios de viviendas.
A partir de 1898, los propietarios del pueblo proporcionaron gratuitamente la electricidad a todas las residencias, lo justo para iluminar una escasa bombilla en cada habitación. La corriente se cortaba a las 22 cada noche, excepto el sábado en que los habitantes se beneficiaban de una hora extraordinaria. En 1955, New Lanark se conectó a la red eléctrica nacional.
Las fábricas prosperaron en el plano comercial, pero los socios de Owen se quejaban de los gastos suplementarios causados por sus programas sociales. Rechazando una vuelta a los antiguos métodos, Owen readquirió las partes de sus socios.
New Lanark fue célebre en toda Europa, y numerosos aristócratas, estadistas y reformistas visitaron las fábricas. Se sorprendieron por el descubrimiento de un medio ambiente industrial próspero, sano, disponiendo de una fuerza de trabajo satisfecha y enérgica, todo ello formando un proyecto comercial viable. La filosofía de Owen iba en contra de las corrientes de pensamiento de aquel tiempo, pero llegó a demostrar que no era necesario para una empresa industrial tratar a sus obreros sin consideración para ser lucrativa. Owen pudo presentar a sus visitantes la excelente calidad de las residencias del pueblo y la comodidad aportada, así como las cuentas probando la rentabilidad de las fábricas.
Además de estar vinculadas a las reformas sociales, estas fábricas simbolizan también la Revolución industrial que tuvo lugar en Gran Bretaña durante los siglos XVIII y XIX y que cambió fundamentalmente la faz del mundo.
En 1825, el control de New Lanark pasó a la familia Walker. Los Walker se encargaron de la gestión del pueblo hasta 1881, cuando este se vendió a Birkmyre y Sommerville. Conservaron la propiedad del pueblo, primero ellos mismos luego a través de las empresas que les sucedieron, hasta el cierre de las fábricas en 1968.
Tras el cierre, los habitantes comenzaron a dejar el pueblo, y los edificios se deterioraron. En 1975, se fundó el New Lanark Conservación Trust con el fin de impedir la demolición del pueblo. Hoy día, la mayoría de los edificios se han restaurado y el pueblo se convirtió en una atracción turística importante." 
"Se estima en 400.000 personas el número de visitantes cada año. La importancia de New Lanark fue reconocida por la Unesco, que lo declaró como uno de los cinco lugares escoceses que pertenecen a patrimonio mundial, siendo los otros cuatro: Edimburgo, el Corazón neolítico de las Orcadas, Saint Kilda y el Muro de Antonino.1​"




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